Esta raza es la más alta de todas, incluso superando al Gran Danés (76 cm). La altura mínima del Wolfhound Irlandés macho es de 80 cm a los hombros. Las hembras tienen el límite menor de 71 y algunos machos pueden llegar a medir 91 cm. Se le puede distinguir en cinco colores: gris, manchado, rojo, negro y blanco.
Este perro es querido por muchos, pero por su tamaño solo los que tengan amplio espacio en sus hogares podrán darse el lujo de tenerlo. También requiere de ejercicios diarios, pero no muy diferente que a la mayoría de los canes. En cuanto al pelaje, una cepillada diaria debería ser suficiente. Al Wolfhound Irlandés se le puede mantener tanto dentro como fuera del hogar. No demuestra problemas con los niños de la casa, pero eso sí hay que respetarlo. En cuanto a la alimentación es un perro que come mucho diariamente.
El hablar del carácter de estos perros se puede decir que es bueno, paciente, generoso, reflexivo e inteligente. Tiende a encariñarse mucho con una sola persona.
Considerando la bondad de su carácter, el Wolfhound Irlandés podría ser teóricamente un excelente perro de compañía; pero precisa de grandes espacios para realizar desenfrenadas carreras.
Se hizo legendario por su gran corazón, lealtad, fuerza y velocidad. Posee una inteligencia sobresaliente y una gran valentía.
Es una mezcla de poder, velocidad, astucia y vista de águila, que necesita de mucho espacio por su gran tamaño. Además le encanta estar siempre acompañado de su dueño
A este canino también se le llama “Lebrel Irlandés” y “Lobero Irlandés”- En inglés se le conoce por “Irish Wolfhound”.
HISTORIA
Tal como su nombre lo indica, esta raza proviene de las tierras de los duendes. Se cree que fue llevada por los celtas cerca del año 279 A.C. Es el can nacional de Irlanda y se usaba en la caza de lobos. En la segunda mitad del siglo pasado, la raza fue reforzada con sangre de Dogo y Deerhound.
Fue considerado perro de la realeza y usado para la guerra, como guarda y para la caza de jabalí, venado y reno.
Hoy es muy empleado en la caza del ciervo, el jabalí, el lobo y el coyote. Un adiestramiento severo podría comportar resultados excesivos (sería capaz de matar a un hombre mordiéndolo en la garganta).
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